¿Tienen los robots consideración de personas?

¿TIENEN LOS ROBOTS LA CONSIDERACIÓN DE PERSONAS?

Ignasi Maestre se hace eco de la noticia publicada en prensa días atrás, te invita a leer.

Cierta prensa económica se ha publicado estos días que los “robots” deberían pagar impuestos como las personas. Supongo refiriéndose al Impuesto sobre Rendimientos Personales y no a la Seguridad Social, las pensiones de jubilación, el impuesto de sucesiones, etc. (aunque quizás también lleguemos a eso).

Veamos, si no me falla la teoría, los impuestos son contribuciones al erario público. Con ellos se sufragan los gastos del Estado que, en parte, corresponden a servicios prestados por el propio Estado.  Y los ciudadanos y en función de su ideología dichos gastos tendrán más o menos acento social.  A “grosso modo”, va por ahí, ¿verdad?

En España, el presupuesto de 2016 incluía como partidas destacadas:

  • Pensiones: 38,50%
  • Intereses de la deuda: 9,52%
  • Desempleo 5,63%
  • Justicia: 0,46%
  • Sanidad no transferida a las Autonomías: 1,14%
  • Defensa: 1,63%

Los ciudadanos y las personas morales o jurídicas contribuyen de diferente manera a cubrir estos gastos.  Cada uno de los miembros de la sociedad, de una manera más proporcional o menos, aporte una parte de sus rentas a una caja común administrada por el Gobierno (sea nacional o regional). Con ello se podrá: redistribuir una parte de la riqueza y pagar aquellos servicios que se consideran básicos para todos. También contribuir a mantener un sistema de defensa nacional.  Cuando decimos servicios básicos para todos, nos referimos a la salud, la educación y el desempleo, básicamente, además de otros.

Si estamos de acuerdo con ello, ¿Qué pintan los robots en todo ello?

Leía que el primer fabricante chino de iphones, con más de un millón de personas trabajando en sus fábricas, las está sustituyendo por robots con la previsión de que en algunos años el 100% de la producción esté robotizada y, por lo tanto, este millón de personas deberá encontrar otras actividades.

Ya sé que este problema  tiene muchas dimensiones. También que el coste humano es un engorro para las empresas tanto por su poca fiabilidad como por el nivel de exigencia protegida por ley a la que se ha llegado.  Y que esta situación nos conduce a estudiar soluciones como la Renta Universal. Así que, a varios años vista, tendremos un problemón serio y que por cada persona que trabaje habrá varios que vivan de subvenciones ahorradas anteriormente (caso de los jubilados) o no (gente sin trabajo o personas que ni siquiera han entrado dentro del mercado laboral. Creo que todo esto y más, lo sabemos y nos intranquiliza, pero, repito, ¿Qué pintan los robots en el pago de impuestos?

Veamos, ellos no comen, o mejor dicho sí, se alimentan de electricidad y alguien, por este consumo que realizan ya paga el servicio correspondiente gravado también por el “pegao” IVA. Ellos no van a la escuela, es decir, no movilizan profesores ni necesitan aulas. Tampoco enferman, cuando se estropean son remplazados y, a lo sumo, les cambian una pieza (por cierto, quien les cambia la pieza es un individuo que paga por sus rentas y todos los otros conceptos que hemos inventado).

No tiene conciencia nacional ni de defensa de la Patria por lo que no necesita para nada el Ejército; es más, algunos de ellos sirven en el Ejército, la Policía Nacional y Fuerzas de Seguridad en general, sin salario ni riesgo por sus vidas pues éstas sí están perfectamente cuantificadas por su coste exacto. Si van al paro se les encierra en un almacén y no consumen o se les vende o se les destruye. Entonces, ¿pretendemos equiparar una persona a un robot y como esta, pagar impuestos por el rendimiento que realiza?, ¿se establecerá una escala de trabajos de más responsabilidad a menos o de más esfuerzo a menos en los robots con el fin de fijar su valor económico y con ello pagar un impuesto justo y proporcional a sus ganancias?

Prestación de jubilación no creo que necesiten, el día que dejen de trabajar van directamente a la chatarra y tienen un valor de desguace que tiene sus impuestos y son pagados por el que los vende y quien desguaza que también hace negocio sometido a impuesto. ¿Por lo tanto?

¿Qué nos sucede en los países occidentales, dichos además, desarrollados? Pues, como diríamos en lenguaje corriente: se nos ha escapado de las manos, no tenemos forma (quizás valor en el caso de los políticos) de dar marcha atrás y debemos sacar dinero.  Seguramente, se quiere llegar a sacar impuestos de las piedras, en este caso de los robots.  Es decir, se puede llegar a considerar a los humanoides simplemente humanos para justificar un pago de impuestos suplementario que continúe alimentando esta inmensa vorágine que hemos creado.

Hagamos otra reflexión, ¿quién utiliza robots?  Los empresarios, ¿verdad? Pues ya volvemos otra vez sobre ellos que, poco a poco, hacen de todo menos de empresarios. Veamos: recaudan los impuestos (Rentas, IVA, retenciones, etc.), recaudan y pagan la Seguridad Social. También recaudan y pagan el seguro de desempleo y accidentes de trabajo y supongo que alguna cosa más.  ¡Ah!, me olvidaba, tienen aquel socio obligatorio que no consta en las escrituras de constitución de la sociedad y que distribuyas o no distribuyas dividendos, tengas o no liquidez para pagar, siempre le pagas el 25% o el 30% o 35% según el país, de los beneficios (que no dividendos, hay una gran diferencia) que contablemente y, digo contablemente, pues a veces no son reconocidos en la totalidad de los gastos.

Después de todo esto, alguien más iluminado que otra cosa, dice que pagar por un robot sería justo. Quizás sí, si pensamos que agiliza el trabajo y sustituye personal, pero ¿los ordenadores no han hecho algo igual? En la época de los manguitos y viseras, ¿las máquinas de calcular que después evolucionaron en electrónicas, no hicieron más o menos lo mismo? ¿por qué nadie tuvo entonces esta brillante idea? En mi opinión es muy sencillo. El empresario era en aquel entonces alguien a quien se le respetaba porque creaba empleo. Hoy en día, al empresario se le tiene que combatir porque paga pocos impuestos. Por tanto, el riesgo de invertir un patrimonio ya no descuenta.

Y yo me pregunto, ¿no sería el momento de empezar a repensar el conjunto de los temas que nos afectan en el día a día? ¿Es cierto  que no controlamos por mucha democracia que se diga que disfrutamos?  El tamaño del Estado, sus competencias, los límites que debe tener para que no sea como el aire que crece infinitamente. La eficiencia de los servidores del Estado que en definitiva son nuestros servidores, aunque ellos no se lo crean.  No solamente estos, el derecho a vivir del papá Estado, ¿Qué límite le ponemos a esto?

Es materialmente imposible en un mundo globalizado continuar con las políticas actuales. Reflexionar y repensar se impone pero, por favor, ¡Qué no lo hagan los políticos!

Ignasi Maestre Casanovas