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Ignasi Maestre Casanovas reflexiona sobre la actualidad política

Ignasi Maestre Casanovas reflexiona nuevamente sobre la situación política actual y comparte el siguiente comentario.

DEL “MANUAL DE RESISTENCIA” AL “MANUAL DE SOLAMENTE YO”

Los Parlamentos están formados por representantes elegidos por el pueblo. Su elección es más o menos proporcional y representan a la población votante.  Es decir, los representantes elegidos representan las corrientes que existen en la realidad de la población.

Normalmente no hay ningún partido que lleve en su programa electoral la petición a sus votantes de que con su voto “los faculten» a pactar con quien ellos crean sin dar ninguna justificación aunque esto signifique no poder cumplir con el programa o simplemente modifiquen su compromiso electoral, a su libre albedrío.

Esta “facultad” de interpretar los resultados a manera partidista es la que se está utilizando profusamente en la política española. Todo ello, con la excusa, de una posible gobernabilidad.  Efectivamente, un gobierno monocolor es mucho más fácil de gestionar pero la población no es monocorde. Sabemos que la población es diversa e igualmente lo son sus ideas, por lo que los elegidos deben gobernar en la diversidad.

Es cierto que durante muchos años en España ha predominado el bipartidismo.  La población ha evolucionado y en este momento es difícil pensar que puedan existir nuevamente mayorías absolutas.  En las últimas elecciones la configuración del Parlamento ha sido claramente poli partidista.  Sería razonable entonces que los representantes políticos dejen de insistir en los intentos de forzar gobiernos monocolores porque sus electores ya no les están dando este mandato.

Los políticos están jugando con sus votantes

España lleva varios años intentando cuadrar el círculo pretendiendo que la diversidad de pensamiento solamente la representa un partido concreto.  Los políticos deben reflexionar sobre ello.  Esta política, que no corresponde al mandato recibido, ignora a sus votantes. Además utiliza el dinero público para asentar sus propias ideologías sin ningún respeto a sus compromisos electorales.

Si los candidatos ciertamente buscan lo mejor para el pueblo ahora tienen la posibilidad de poner fin al sesgo político de los últimos 200 años. Ya sea a través de monarquías poco o nada constitucionalistas o largos períodos de dictadura,  este país se ha situado en el último de Europa en dar carpetazo y cierre a los regímenes monárquicos totalitarios.   Pedir un voto absoluto (por pronunciamiento o por asistimiento) solamente por ser el más votado, sin superar el 33% de los elegidos por los votantes, tiene un sesgo claramente absolutista.